De las 1.500 o más islas del Mar de Aral en Asia Central, ninguna es tan enigmática como una pequeña parcela de tierra llamada Isla Barsa-Kelmes. En la lengua nativa de Kazajstán, su nombre significa " tierra sin retorno " y no se le etiquetó así por nada.
Hoy en día, la isla está desierta, sus últimos habitantes se fueron hace décadas. La tierra está envuelta en una niebla densa y perpetua, ocultando a los ojos entrometidos las extrañas cosas que suceden allí. Debido a estos acontecimientos extraños y regulares, las personas que viven cerca de Barsa-Kelmes se han convencido de que la isla actúa como un pasaje entre dimensiones.