Desde 1983, como se informó en el Washington Post el 30 de diciembre de 1983, el mundo se dio cuenta de un objeto celeste extraterrestre que se estaba moviendo en nuestro sistema solar. Según este artículo escrito por Thomas O'Toole, este objeto fue descubierto por un telescopio a bordo del satélite IRAS y sólo se podía ver en el espectro de infrarrojos ya que era extremadamente frío y cubierto en una nube de polvo que hace que la visión con óptica de los telescopios sea imposible de ver, ya que genera o no refleja luz.
En este punto se estimó que este objeto estaba a unos 50 mil millones de millas del sol, lo que lo situaría mucho más lejos que el planeta más externo conocido en ese momento, que era Plutón en 3.670 millones de millas.